Continuando con mi misión de mostrar que la IA es más que ChatGPT, veamos algunos ejemplos de inteligencia artificial que pasa desapercibida. La inteligencia artificial está en todos lados, se metió en nuestra vida cotidiana de formas mucho más sutiles y prácticas.
Y esto es solo el comienzo. La verdadera revolución de la IA en nuestra vida cotidiana recién está arrancando. Puede decirse que, así como se ven de avanzadas, las herramientas de IA están en su peor versión, ya que seguirán mejorando exponencialmente.
Sin embargo, no nos olvidemos de preguntarnos: ¿Entendemos realmente cuánta información nuestra están procesando? ¿Quién supervisa estos sistemas? Temas para un futuro post.
1. Fotógrafo personal de bolsillo
Hubo una época en que sacar una buena foto era cuestión de suerte o habilidad. Hoy, cada vez que sacás una selfie, varios algoritmos de IA están trabajando simultáneamente: detectando rostros, ajustando la iluminación, aplicando efectos de embellecimiento y hasta decidiendo cuál es el mejor momento para disparar cuando todos están sonriendo.
Los filtros de Instagram o TikTok son en realidad modelos de IA que analizan la estructura de tu cara en tiempo real para aplicar efectos que se mueven con vos. Igual que la función de retrato que difumina el fondo automáticamente, lo hace usando redes neuronales para distinguir entre la persona y el entorno.
2. DJ invisible que conoce tus gustos mejor que vos
Spotify, YouTube o cualquier plataforma musical moderna usa IA para recomendarte canciones. Lo fascinante es que estos sistemas no solo analizan lo que escuchás conscientemente, sino también patrones más sutiles: ¿Saltás ciertas canciones después de 30 segundos? ¿Subís el volumen en otras? ¿Escuchás música más melancólica los domingos por la noche?
La IA crea un perfil psicológico-musical tuyo tan detallado que a veces puede predecir mejor que vos mismo qué canción te va a gustar. No es casualidad que tus playlist de Spotify tenga temas que parecen hechos para vos, literalmente hay algoritmos dedicados a encontrar música que se ajuste a tu personalidad única.
3. Corrector de textos cada vez más humano
Cuando escribís un mensaje y el predictivo te sugiere la siguiente palabra, no está simplemente tirando opciones basadas en frecuencias. Los sistemas modernos de predicción de texto entienden el contexto de la conversación, tu estilo personal de escritura, e incluso pueden captar el tono emocional.
Google Smart Compose en Gmail o el corrector de textos de tu celular ya no solo corrigen errores ortográficos, sino que sugieren frases completas adaptadas a cómo vos escribirías. Y si usás herramientas como Grammarly, están analizando no solo la gramática sino también el tono, la claridad y hasta qué tan interesante suena lo que escribís.
4. El personal shopper invisible
Cada vez que navegás en Mercado Libre o cualquier tienda online, hay varios sistemas de IA compitiendo por tu atención. Estos sistemas no solo rastrean lo que buscás, sino cómo interactuás con los resultados: ¿En qué fotos de productos te detenés más tiempo? ¿Qué características leés primero en las descripciones?
La IA construye un modelo de tus preferencias estéticas, prácticas y económicas para mostrarte productos que tienen más probabilidad de engancharte. Incluso analiza patrones estacionales personales: si todos los inviernos comprás determinado tipo de ropa, te lo sugerirá antes de que empiece el frío.
5. El traductor universal en tu bolsillo
La IA transformó completamente la traducción. Hace tiempo los traductores dejaron de ser diccionarios, y cuando usás Google Translate estás aprovechando modelos de IA que no solo traducen palabras, sino que captan contextos culturales y expresiones idiomáticas.
Las apps modernas de traducción pueden traducir conversaciones en tiempo real, interpretar textos desde una foto que sacás con la cámara, e incluso mantener el tono y estilo del texto original. Y cada vez que las usás, el sistema aprende y mejora para millones de usuarios. Por eso las traducciones automáticas de hoy son infinitamente mejores que las de hace apenas cinco años atrás.